"LOS SEGUROS BARATOS SON COMO EL VINO DE SEGUNDA CALIDAD, SIEMPRE TE HACEN DOLER LA CABEZA."

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Redes Sanitarias: Contacto Medico - Paciente en la Red (III)

Las redes sociales como Facebook son para médicos y pacientes un lugar de encuentro cada vez más frecuente, con sus pros y contras, como ya estuvimos analizando en la segunda entrega de esta sección dedicada al contacto médico-paciente online. Sin embargo están proliferando otro tipo de redes, más especializadas y centradas en permitir un contacto directo entre profesionales sanitarios, asociaciones y pacientes. Son las Redes Sanitarias y han crecido exponencialmente en los últimos meses, ya eran frecuentes en los USA y ahora las hemos exportado. ¿Con qué ventajas y qué inconvenientes sobre lo que teníamos ya?
¿Son estas redes sanitarias más seguras que Facebook? En un principio podríamos pensar que al tratarse de redes especializadas donde médicos y pacientes tienen un contacto directo que asemeja una consulta virtual debería garantizarse la total privacidad de los datos que se compartan. Sin embargo, en Internet la información es dinero y siguiendo los principios de la mentalidad freemium casi todas las redes sanitarias en español publican en abierto los contenidos que publican sus usuarios.
Por lo tanto, estas redes sociales están regidas por las mismas normas que Facebook. Se trata al fin y al cabo de un modelo de negocio más en el que priman, junto al compromiso con la Salud 2.0, el balance de cuentas y la difusión del proyecto. Sin embargo, existen importantes diferencias con Facebook que hacen de estas redes un ámbito más propicio para un contacto médico-paciente que guarde la debida privacidad. ¿Qué tienen Vi.Vu o epacientes.com, que no tenga Facebook?
Y es que más allá del compromiso de las empresas que gestionan estas redes sanitarias de no usar nuestros datos, el uso que haremos de ellas permite crear sin más problemas perfiles bajo seudónimos o alias que guarden nuestra privacidad de ojos indiscretos y malas intenciones. Si bien utilizamos Facebook para contactar con nuestro círculo de amigos en el MundoReal y por tanto solemos emplear datos que nos identifiquen claramente, las redes sanitarias no tienen por qué basarse en este mismo principio, de modo que nos resultará menos problemático enmascararnos tras un avatar y así aportar experiencias sanitarias o realizar preguntas difíciles de hacer si tuvieramos que dar la cara.
Hay que recordar que la privacidad es la piedra clave sobre la que edificamos nuestra relación con los pacientes y el anonimato debe estar garantizado. En cuanto a los médicos, yo soy partidario de dar la cara y dar consejo abiertamente, sin embargo esto puede resultar incómodo para ciertos profesionales, el trabajo de los administradores de este tipo de redes sanitarias está en asegurar que los profesionales que se registran como tales están acreditados y que si lo desean puedan ocultar su identidad a otros usuarios de la red -y por supuesto a quienes no lo son-.
La manida frase de "estamos ante la revolución web 2.0", preferimos transformarla en "estamos ante la revolución de la web centrada en las personas". Hoy es la gente, colaborando, la que dinamiza la sociedad, y por lo tanto también Internet.
Resulta interesante la reflexión de Ferran Tognetta (DKV Seguros) al respecto de estas redes sociales, viéndolas como un foro en el que los pacientes intercambian conocimientos y donde los médicos deben intervenir para garantizar que la información aportada es fiable. Según esta idea, el médico actuaría como moderador en caso de aparecer información que pudiera dañar. Personalmente me gusta pensar que la Salud 2.0 es sólo un medio que debe regirse por unas bases éticas iguales a las que aplicamos con nuestros pacientes en las consultas.
Pese a la visión de Tognetta, lo cierto es que los pacientes reclaman información directamente a los médicos que acceden a las redes sanitarias, esto puede generar conflictos cuando el paciente no recibe la atención demandada pensando que el médico debe prestarla. Lo esencial es informar al paciente de lo que debe esperar de este contacto virtual y no crear falsas esperanzas que finalmente perjudiquen tanto en el MundoReal como en el virtual la relación entre profesionales y usuarios.
Del mismo modo que hablamos de autonomía del médico en la edición anterior de esta serie de artículos temáticos sobre «Contacto médico-paciente en la Red», también debemos hacerlo ahora, el médico tiene derecho a decir No y debe proclamar su autonomía también de forma virtual. Aunque la presión social de nuestros conocidos nos lleva cada vez más a publicar información privada en la red, el médico debe elegir qué comparte y qué no; en este contexto las empresas detrás de las redes de salud deben respetar estas decisiones si no quieren verse envueltas en batallas legales absurdas por no mantener la privacidad de los sanitarios.
Además de analizar las diferentes herramientas de la web 2.0 quiero que esta serie sirva para proponer ideas y mejoras en la forma que tenemos actualmente de comunicarnos con nuestros pacientes online. Si al hablar de facebook mencionábamos la idoneidad de los fansites para poner en contacto a médicos y pacientes de forma que pudiera mantenerse una cierta privacidad también me gustaría destacar la que considero la opción más sabia para hacer uso de las redes sanitarias.
Publicar contenidos bajo un seudónimo -en el caso de los pacientes- y crear cuentas verificadas para los profesionales -con posibilidad de enmascararlas- son medidas necesarias en cualquier red sanitaria. Pero más importante todavía es la oportunidad que se ofrece de registrarse a asociaciones o sociedades profesionales que dan una opinión unificada en nombre de todo el colectivo al que representan.

Fuente: http://www.somosmedicina.com/2010/03/redes-sanitarias-contacto-medico.html

Redes Sanitarias: Contacto Medico - Paciente en la Red (II)

No cabe duda de que la inclusión de Internet en nuestra jornada de trabajo y en nuestro tiempo libre es una realidad. Facebook ya supera los 350 millones de usuarios activos a nivel mundial, pasando a ser la séptima web más visitada según Alexa.com y la segunda en datos de Quancast. Con estos números es evidente que Facebook se ha convertido ya en la red social más importante y económicamente más rentable de la historia de Internet. Esto la convierte en una empresa poderosa ya que acapara la información de cientos de millones de personas, la mayoría de las cuales ni tan siquiera leyó alguna vez las políticas de privacidad que acepta al darse de alta en la misma.

Con la ley en la mano, Facebook posee los derechos de explotación de todos los contenidos alojados en sus servidores, desde nuestras fotos de vacaciones hasta de los momentos más íntimos o privados e incluso los mensajes privados que intercambiamos con nuestros contactos. Por lo tanto hay que tener en cuenta que privacidad y Facebook son hoy por hoy términos incompatibles ¿pero qué sucede en la realidad? ¿cómo afecta todo esto a nuestra relación con los pacientes? ¿podemos comunicarnos con determinados pacientes a través de Facebook?

En cuanto a la debida privacidad en la que se basa toda relación médico-paciente, cualquier red social, ya sea Facebook, Tuenti o redes sanitarias especializadas suspenden en el aspecto ético. Muchos de los perfiles son públicos por defecto, de hecho con la última actualización de las condiciones de privacidad de Facebook, Marc Zuckerberg afirmó que la época de "la privacidad ha terminado". Este aspecto, sumado al anterior según el cual Facebook es dueño y señor de todos nuestros datos publicados en su web, hacen incompatible una relación médico-paciente convencional.

Aunque sería impensable intercambiar datos clínicos y juicios diagnósticos a través de Facebook atendiendo a las condiciones de intimidad que se dan en esta Red Social (y en otras similares) ¿es legítimo agregar a nuestros pacientes al círculo de amigos por el simple hecho de charlar con ellos?

Debemos tener en cuenta que nuestra relación con los pacientes se basa en la confianza y el ambiente íntimo en la que se desarrolla, no podemos por lo tanto forjar una relación seria y moralmente sana a través de un contacto público y desprovisto de toda intimidad. La MDU, respondiendo a las preguntas de los médicos sobre este tema recomendó evitar todo tipo de contacto con los pacientes en Facebook.

Algunos doctores comunicaron a la MDU que les parecería arisco no responder, aunque sólo sea para rechazar cortesmente, pero dado que esta no es una vía de comunicación profesional, cualquier comunicación de este tipo quedaría claramente fuera de la relación médico-paciente.

-- Dra. Emma Cuzner
El contexto en el que la Dra. Cuzner pronunció estas palabras fue la publicación de unas recomendaciones sobre el flirteo con los pacientes y cuenta la historia de una anestesista a quien un paciente pidió tomar "unas copas" conforme salía de la interveción, ante la negativa, el paciente acudió al perfil de la médico y viendo la información pública que aparecía allí le envió un ramo de sus flores favoritas.
Puede parecernos un caso extremo, sin embargo ya conocemos a ladrones encarcelados gracias a sus perfiles de Facebook y su torpeza, asesinos enjuiciados por artículos publicados en blogs y toda una serie de noticias asociadas que además de alimentar las retrógradas mentes de quienes intentan salvaguardar a la sociedad de los peligros de internet, son un motivo más que sobrante para andar con mucho ojo con aquello que exponemos sobre nosotros mismos.

Sin embargo hasta el momento sólo hemos hablado de la privacidad del paciente y de la relación con el profesional. Pero, ¿dónde queda la autonomía del médico? ¿y su propia privacidad?

Existen indicios que vinculan una mejor percepción de la atención recibida cuando se promueve el uso de páginas web informativas y se facilita la comunicación con el sanitario por correo electrónico. Sin embargo un tercio (30,8%) de los médicos tanto de atención primaria como hospitalarios perciben Internet como un peligro para su trabajo.

Volviendo a Facebook, debemos recordar que los pacientes -salvo casos particulares- no son nuestros amigos, por duro que suene, en la mayoría de los casos el botón [Ignorar] es la opción más acertada en Facebook. Sin embargo existen determinadas condiciones en las que resulta razonable establecer contacto a través de redes sociales similares:

•Ambos, médico y paciente, son conscientes de los escasos límites de privacidad de Facebook y por tanto sólo compartirán datos clínicos lo suficientemente ambígüos como para sentirse cómodos dentro de la necesaria privacidad de la relación.

•Existe una relación solida previa basada en el contacto directo que seguirá existiendo de forma regular y este no será de ningún modo sustituido por las consultas puntuales o dudas que puedan surgirle al paciente y que sí puedan ser resueltas sin atentar a su intimidad mediante mensajes privados.

•El paciente comprende que el médico contacta con él a través de Facebook por propia voluntad y sin que la atención a través de este medio sea más que un acto altruista, de forma que no crea ninguna obligatoriedad para el médico ni un derecho añadido para el paciente. Es posible que en un momento determinado el médico decida terminar este contacto, esto debe quedar muy claro para que llegado el caso no perjudique a la confianza depositada por el paciente.

Uno de los aspectos más conflictivos a la hora de agregar a un paciente a nuestras redes sociales lo genera el hecho de que estos tendrán libre acceso a nuestras fotos, comentarios o red de contactos. De forma que estamos también comprometiendo la intimidad de terceras personas que no pertenecen a la ecuación.

Se han escrito cientos de artículos sobre el tema y muy pocos han dado con la solución más simple. Y es que Facebook permite a sus usuarios crear páginas, conocidas como Fansites donde uno puede hacerse fan. Sería como si el médico crease un blog dentro de Facebook dedicado a sí mismo y sus pacientes se unieran, pudiendo comentar y compartir experiencias, creando foros de discusión, intercambiando enlaces y vídeos, etc. En definitiva una solución inteligente que además preserva la intimidad de quienes están unidos al mismo Fansite dado que no implica ser incluido en la red de confianza.

Se puede también crear una página para un Departamento de un Hospital e incluir a todos los médicos del mismo como administradores o como fans de forma que se crea una pequeña red social exclusiva y que está controlada por los propios médicos. Una solución elegante y que probablemente irá imponiéndose de modo que se eviten situaciones delicadas en las que tanto el médico como el paciente pueden resultar perjudicados.

En todo caso siempre es necesario practicar estas diez recomendaciones para evitar situaciones que pueden acabar mal.